Han transcurrido casi 20 años desde que en mayo de 1995
Miguel Ángel Cámara accediera al bastón de la alcaldía de Murcia, blandiendo
como arma una de sus grandes promesas electorales: conseguir el soterramiento
del tren para la ciudad de Murcia.
En 20 años ha habido ciudades españolas que han sufrido
importantes transformaciones como Bilbao, Sevilla, Valencia, Málaga o incluso
Cartagena en nuestra Región. Han sido 20 años en los que la infraestructura
ferroviaria sigue en Murcia exactamente como estaba en 1995. En definitiva, 20
años perdidos en los que el soterramiento ferroviario ha pasado de ser un
instrumento para la vertebración de una ciudad, a ser un fin en sí mismo, sin
más.
Por el camino han quedado abandonadas innumerables
posibilidades de desarrollo equilibrado y progreso para nuestra ciudad: la
aprobación del Plan General condenó a los barrios del Sur, (con o sin
soterramiento), a no integrarse jamás en el conjunto urbano del centro; el traslado
de las líneas férreas de la Cordillera Sur, abandonando su paso por las
pedanías de la costera; la creación de una caótica Zona Norte sin estructura
urbana y bajo sospecha judicial; o la construcción de un ruinoso tranvía con
destino a los terrenos de los siempre amigos Samper y Mendoza.
Mientras tanto, cada martes por la tarde, año tras año, los
vecinos de los barrios del Sur han reclamado junto al paso a nivel de Torre de
Romo el soterramiento de las vías y la integración de sus barrios con el resto
de la ciudad. Tanto tiempo ha pasado, que el soterramiento es ya un fin en sí
mismo. Se trata del “todo o nada”.
Imagen de elpajarito.es |
Pero este debate maniqueo oculta la realidad urbana de los
barrios del Sur de Murcia. Si finalmente se consigue el soterramiento, necesitaremos
una idea de ciudad, un modelo de permeabilidad, una intención clara de
integración, unión y vertebración que repare la injusticia que han sufrido los
vecinos del Sur de Murcia, siempre olvidados por quienes nos dirigen, con la
mirada puesta hacia el Norte.
Ahora surgen dudas razonables sobre la ejecución final del
soterramiento y asistimos atónitos al espectáculo final de la chapuza e
imprevisión de este equipo de gobierno municipal, agotado, resquebrajado, desprovisto
de ideas y bajo sospecha.
Si finalmente los murcianos conseguimos esta obra, necesaria
e imprescindible, ¿alguien conoce cuál es el proyecto que tiene nuestro alcalde
para integrar los barrios del Sur con el resto de la ciudad? Por el momento,
poco más que una gran avenida, y una serie de edificaciones, sin voluntad de
integración. Es decir, habremos evitado el peligro de arrollamiento y la
degradación visual actual, habremos ganado la batalla… pero sin proyecto de
integración, la ciudad seguirá dividida, aunque no veamos el tren.
Si quieren un ejemplo, vayan a Beniaján o San José de la
Vega, y pregúntense si después de desaparecer el tren, y tras más de 6 años de
abandono, les parece que algo se ha avanzado en la unión y vertebración a un
lado y otro de las vías.
En
definitiva, Soterramiento sí, pero no como un fin, sino como un medio para
alcanzar un proyecto de unión urbana y real de la ciudad de Murcia.
Publicado en la sección Territorio Compartido, de el diario El Pajarito, el 07 de diciembre de 2014
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